CAGE-HENRY COWELL: Cage concibe cada evento musical como una entidad en sí misma que no requiere un aspecto definido. Simplemente, los coloca uno detrás de otro y los relaciona a través de su coexistencia en el espacio, en donde ellos son instalados en un organizado orden de tiempo. Cada evento es un agregado de materiales sonoros que se cohesiona, haciendo un pequeño mundo de sí mismo, como los elementos físicos se encuentran dentro de un meteorito.
CAGE-UN OYENTE: La parte en que se escuchan las notas finales de las obras, trae mucha paz al espíritu.
CAGE-ANTOINE GOLÉA: Estas representaciones se rodean de todo un ceremonial de gestos y posturas, ejecutadas y presentadas por los dos compadres con una seriedad imperturbable. Como todos los verdaderos payasos, Cage y Tudor no ríen jamás; sus cabezas recuerdan la de Buster Keaton quien hizo la más fulgurante de las carreras de cómico de cine, no riendo jamás, pero haciendo reír tanto más a los espectadores. Lo que es grave es que los números de Cage y Tudor no se llevan a cabo ni en el circo ni en el cine, sino en las salas de concierto.
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